el niño que vendió el mundo
EL NIÑO QUE VENDIÓ EL MUNDO (2013- )
Una alegoría sobre el crecimiento y la constante búsqueda de nuestro lugar en el mundo.
"El Niño que vendió el Mundo" es un ensayo fotográfico sobre la infancia dónde conceptos como la curiosidad, la inocencia, el crecimiento o los miedos influyen en la búsqueda inconsciente de la propia identidad.
Todo ello mediante la preservación de la privacidad en esta sociedad actual saturada de información.
Desde su inicio en 2013, la intención ha sido facilitar la reflexión, reconectando con el mundo de los niños y avivando recuerdos de nuestro propio descubrimiento del mundo y nuestro lugar en él. Al mismo tiempo cuestiona los límites que la sociedad y la cultura imponen desde temprana edad mediante normas y tradiciones preestablecidas, limitando el crecimiento y el desarrollo personal.
El proyecto está influenciado por la fotografía callejera clásica, el cine de los años 80 y 90, el arte urbano pero sobretodo la música. El título hace referencia a la canción de David Bowie, "The Man Who Sold the World", que más tarde fue versionada por Nirvana, dos artistas con diferentes perspectivas sobre su propia identidad. Según el propio Bowie, la canción ejemplifica cómo te sientes cuando eres joven, con una parte de ti buscando encajar en el mundo y una gran necesidad de descubrir quién eres realmente.
Las primeras exposiciones del proyecto se titulan "The Lost Art of keeping our children's privacy", haciendo referencia a un capítulo significativo dentro del ensayo. Ha sido presentado en diversas ciudades de Barcelona y reconocido en destacados concursos en Londres, París, Nueva York o Tokio.
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"The Kid who sold the World"
An allegory about growth and the constant search for our place in the world.
"The Kid who sold the World" is a photographic essay about childhood, where concepts like curiosity, innocence, growth, and fears influence the unconscious quest for one's own identity. All of this is achieved by preserving privacy in today's information-saturated society.
Since its inception in 2013, the intention has been to facilitate reflection, reconnecting with the world of children and igniting memories of our own discovery of the world and our place in it. At the same time, it questions the limits that society and culture impose from an early age through established norms and traditions, limiting personal growth and development.
The project is influenced by classic street photography, 80s and 90s cinema, urban art, but above all, music. The title references David Bowie's song, "The Man Who Sold the World," which was later covered by Nirvana, two artists with different perspectives on their own identity. According to Bowie himself, the song exemplifies how you feel when you are young, with a part of you seeking to fit into the world and a great need to discover who you truly are.
The initial exhibitions of the project are titled "The Lost Art of Keeping Our Children's Privacy," referencing a significant chapter within the essay. It has been showcased in various cities in Barcelona and recognized in prominent competitions in London, Paris, New York and Tokyo.
Exposiciones